miércoles, 25 de julio de 2007

EL AQUÍ Y AHORA

La entrada es un aporte hecho por Eduardo Troncoso, Psicólogo y participante activo de nuestro Blog.

El momento presente, el aquí y el ahora, es siempre un punto de referencia cuando de establecer contacto con uno mismo se trata. No existe otro momento que este mismo instante para que te contactes y sientas lo que te pasa, te des cuenta de tus estados de ánimo así como poder empoderarte de tus vivencias. Ayer ya pasó y mañana todavía no acontece, solo están en nuestra imaginación. En cambio, lo que ocurre en tiempo presente, es decir ahora mismo, es la inmediatez del vivir. Vivir en el aquí y el ahora, vivir el momento a momento, puede alcanzarse cada vez que inhalamos y exhalamos, centrándonos en cada instante de este simple y natural proceso del organismo. Una vez que esto se va haciendo parte de nuestro vivenciar, nos vamos dando cuenta de cómo estamos en este momento, vamos estando presentes en los momentos de la vida, incluso en los desagradables. Somos capaces de asimilarlos como algo propio de lo cual nos hacemos cargo.El vivir aquí y ahora no es superficial, está lleno de sutiles emociones, encarnadas en cada idea, imagen o sensaciones que van pasando por nuestra conciencia. Estamos plenamente en el vivir que nos ocurre.


3 comentarios:

jorge veas dijo...

Como dice Eduardo,vivir en el aquí y en el ahora, no es algo esotérico ni un consejo inaplicable, es simplemente el único modo de vivir la vida. Es lo que ocurre mientras lees este comentario; el único vivir que puedes estar viviendo es "leer este comentario". Parece muy obvio, sólo que una mayoría de las personas "mientras leen este comentario" tienen su mente o sus expectativas puestas en otra cosa; no están en el aquí y en el ahora; están dispersos.
Lo anterior -vivir disperso- tiene una consecuencia ingrata: angustia.
La buena noticia, es que vivir en el aquí y ahora es una actitud que se puede aprender, tal como vivir disperso es también un aprendizaje.

Unknown dijo...

Y como dice Jorge, si vivir disperso tiene la consecuencia ingrata de la angustia, yo agregaría que además te puede acarrear malas consecuencias para tu vida porque en vez de responder con una palabra amable, respondes con un golpe; en vez de acoger más bien discriminas; en vez de ser amoroso actúas con indiferencia...y todo esto porque no vives el momento presente, no estás plenamente consciente. Por eso es que no alcanzas a darte cuenta del tipo de respuesta que fabricas cuando te llegan los estímulos del medio en que te desenvuelves...y en este caso, siempre tus respuestas son las menos apropiadas a las circunstancias

jorge veas dijo...

También es interesante darse cuenta que en esas "respuestas menos apropiadas a las circunstancias" está incluido el vivir de quien las genera; uno mismo.Y es menos apropiada, porque si pones atención a las sensaciones que surgen en tu cuerpo en esa inmediatez, percibirás malestar o sufrimiento, generado ¡vaya novedad! por tu propia respuesta.