
Un antiguo proverbio italiano, traduttore traditore, literalmente puede traducirse como "el traductor traiciona", pero lo cierto es que su significado en el contexto cultural italiano es más propiamente,"la traducción traiciona" o "la traducción puede ser traicionera"; al menos así es como mis amigos italianos me lo han traducido.
Al observar con atención el trabajo de los traductores, nos percatamos que este consiste en escuchar lo dicho en un idioma y comunicarlo a otros en un idioma distinto. Lo que no siempre apreciamos es que cualquier idoma, es el conjunto de expresiones que una cultura utiliza para dar cuenta de los acuerdos que han logrado los partipantes en ella a través del tiempo, para ponerse de acuerdo acerca de cómo se van a poner de acuerdo, para coordinar sus acciones. Un idioma es entonces el resultado del modo de vida particular de una cultura, que crea entre otras coordinaciones, las expresiones lingüísticas usados en ella. De ahí que muchos expresiones de un idioma, no pueden ser traducidas a otro idoma, porque aquellas carecen de significado en una cultura distinta. "Mandarse un condoro", "No tiene importancia, pero igual","dejar la empaná", "estar chato", "écolecuá", "¡que flaite!" y muchas otras, son comprensibles para nosotros los chilenos pero incomprensibles para los participantes de otras culturas, porque esas distinciones son propias de nuestra convivencia solamente. Sólo se mandan "condoros" los que vieron el partido aquél, aún cuando sin haberlo visto, igual te los mandas si creces escuchando a otros que lo utilizan para describir ciertas acciones.
Pienso que a estas alturas del blog, no será necesario explicar que toda persona, es producto de las relaciones que tallaron su estructura total a través de su ontogenia. Es como si una persona fuera una cultura en sí misma y por tanto las traducciones -significados- que hace de la realidad son distintas, según su estructura total sea. Traducimos "la realidad" según como la percibimos desde nosotros mismos y no según como supuestamente esta es. La realidad percibida, ha dicho nuestro Premio Nacional de Ciencias Humberto Maturana, no es independiente de aquel que la percibe. Declaro que es posible que no haya sido esta la expresión textual de Maturana, pero representa en todo caso su planteamiento central respecto del conocer.
Al observar con atención el trabajo de los traductores, nos percatamos que este consiste en escuchar lo dicho en un idioma y comunicarlo a otros en un idioma distinto. Lo que no siempre apreciamos es que cualquier idoma, es el conjunto de expresiones que una cultura utiliza para dar cuenta de los acuerdos que han logrado los partipantes en ella a través del tiempo, para ponerse de acuerdo acerca de cómo se van a poner de acuerdo, para coordinar sus acciones. Un idioma es entonces el resultado del modo de vida particular de una cultura, que crea entre otras coordinaciones, las expresiones lingüísticas usados en ella. De ahí que muchos expresiones de un idioma, no pueden ser traducidas a otro idoma, porque aquellas carecen de significado en una cultura distinta. "Mandarse un condoro", "No tiene importancia, pero igual","dejar la empaná", "estar chato", "écolecuá", "¡que flaite!" y muchas otras, son comprensibles para nosotros los chilenos pero incomprensibles para los participantes de otras culturas, porque esas distinciones son propias de nuestra convivencia solamente. Sólo se mandan "condoros" los que vieron el partido aquél, aún cuando sin haberlo visto, igual te los mandas si creces escuchando a otros que lo utilizan para describir ciertas acciones.
Pienso que a estas alturas del blog, no será necesario explicar que toda persona, es producto de las relaciones que tallaron su estructura total a través de su ontogenia. Es como si una persona fuera una cultura en sí misma y por tanto las traducciones -significados- que hace de la realidad son distintas, según su estructura total sea. Traducimos "la realidad" según como la percibimos desde nosotros mismos y no según como supuestamente esta es. La realidad percibida, ha dicho nuestro Premio Nacional de Ciencias Humberto Maturana, no es independiente de aquel que la percibe. Declaro que es posible que no haya sido esta la expresión textual de Maturana, pero representa en todo caso su planteamiento central respecto del conocer.
Los seres vivos al vivir relacionados, con nosotros mismos, con todo lo que nos rodea y percibirlo, estamos siempre asignando significado. Es la razón de ser de la dupla percepción-acción, construída sobre los fenómenos sensorimotrices que nos constituyen; lo interesante, es que los significados que atribuimos a lo que percibimos, están ligados a la historia de vida que cada organismo particular ha vivido. Varela se refiere este hecho diciendo que los seres vivos, agregamos "un excedente de significado" a lo percibido. Transformamos lo percibido en significados. Al igual que el traductor en las conferencias, asignamos significados a los hechos mismos que percibimos y esos significados no están en los hechos mismos, sino que surgen ligados a nuestra historia de vida.