MODO DE VIDA, MODO DE HACER, MODO DE SER.
En primer plano de la foto, aparece Rochom Pngieng, mujer camboyana quien se habría extraviado en la selva a la edad de 8 años. Dieciocho años después de ese episodio es encontrada por unos leñadores y sus padres la reconocen como su hija por una cicatriz que tenía en la espalda. Dice la noticia que la mujer, ya de 26 años, no reconocía a sus padres, no sabía hablar, emitía ruidos guturales en la noche, se desplazaba de manera animal (en cuatro patas) y no sonreía.
De ser cierta la historia (recordemos que hace algunos años tuvimos un hombre embarazado en Filipinas que resultó ser un fraude y ¡era que no!) tenemos que poner la atención en como una niña de ocho años, cambia radicalmente de entorno y debe desarrollar estrategias para adaptarse y sobrevivir en un medio desconocido y hostil. Para lograrlo, la niña debió adaptar su visión, su olfato, su oído, su sabor y su tacto; también su sistema digestivo, los sistemas biológicos que regulaban vigilia y sueño, adaptación térmica, su habilidad muscular para trepar y huir, su sistema endocrino e inmune. De no haberlo hecho no habría logrado adaptarse y habría muerto. Como apreciamos, la adaptación es la capacidad que permite a todo ser vivo mantenerse como tal cuando el medio en el que vive cambia. Esta adaptación implica necesariamente un cambio estructural en la niña, cambio que afectó a todos sus sistemas biológicos.
Con las disquisiciones anteriores, quiero poner la atención en un hecho central cual es, que el modo de vida en que los seres vivos se implican, encuentra su sello en la estructura de ellos mismos. ¿Porqué los hijos se parecen a sus padres, en sus facciones, actitud corporal, tono de voz, vocabulario, creencias, preferencias, lo que incluye a hijos adoptivos? Ya sabemos que los genes no pueden dar cuenta de tan gran diversidad de rasgos; es el modo de vida el que fundamentalmente modela no solo nuestro cuerpo y sus sistemas biológicos, sino que también el mundo de los fenómenos mentales y los rasgos sicosociales. Muchas enfermedades y conductas relacionadas con ellas son de origen social y todas ellas son aprendizaje surgido en la convivencia con otros (y por ende de caràcter social). Así, los Rodriguez rodriguean, los Borquez borquean, los Fernandez fernandean; los Bontá bontean, los Calderón calderonean, los chilenos chileneamos, los argentinos argentinean, los cubanos cubanean y todos, terminan pareciéndose entre ellos porque comparten un modo de vida y desarrollan una estructura, inscrita, encarnada en su biología. El modo de vida, que es un modo de hacer, se reflejará en la estructura total de los seres vivos; acostumbramos a referirnos a esto como el modo de ser de las personas.
Tercer principio teórico.El modo de vida y los procesos de adaptación se reflejan en la estructura total de los seres vivos. De este modo, el aprendizaje es una encarnación y no una abstración etérea como se acostumbra creer.
Volviendo finalmente a Rocham Pngieng, dice la noticia, que de niña le gustaba adornarse con flores y hojas de plátano, bailar y alegrar a la gente de su tribu con su vivacidad y buen humor. Dado ese antecedente, (y por haberse tratado de un período prolongado de tiempo: 8 años) me parece muy sorprendente que no haya reconocido a sus padres, olvidado sonreir y hablar la lemgua de su tribu.
Con las disquisiciones anteriores, quiero poner la atención en un hecho central cual es, que el modo de vida en que los seres vivos se implican, encuentra su sello en la estructura de ellos mismos. ¿Porqué los hijos se parecen a sus padres, en sus facciones, actitud corporal, tono de voz, vocabulario, creencias, preferencias, lo que incluye a hijos adoptivos? Ya sabemos que los genes no pueden dar cuenta de tan gran diversidad de rasgos; es el modo de vida el que fundamentalmente modela no solo nuestro cuerpo y sus sistemas biológicos, sino que también el mundo de los fenómenos mentales y los rasgos sicosociales. Muchas enfermedades y conductas relacionadas con ellas son de origen social y todas ellas son aprendizaje surgido en la convivencia con otros (y por ende de caràcter social). Así, los Rodriguez rodriguean, los Borquez borquean, los Fernandez fernandean; los Bontá bontean, los Calderón calderonean, los chilenos chileneamos, los argentinos argentinean, los cubanos cubanean y todos, terminan pareciéndose entre ellos porque comparten un modo de vida y desarrollan una estructura, inscrita, encarnada en su biología. El modo de vida, que es un modo de hacer, se reflejará en la estructura total de los seres vivos; acostumbramos a referirnos a esto como el modo de ser de las personas.
Tercer principio teórico.El modo de vida y los procesos de adaptación se reflejan en la estructura total de los seres vivos. De este modo, el aprendizaje es una encarnación y no una abstración etérea como se acostumbra creer.
Volviendo finalmente a Rocham Pngieng, dice la noticia, que de niña le gustaba adornarse con flores y hojas de plátano, bailar y alegrar a la gente de su tribu con su vivacidad y buen humor. Dado ese antecedente, (y por haberse tratado de un período prolongado de tiempo: 8 años) me parece muy sorprendente que no haya reconocido a sus padres, olvidado sonreir y hablar la lemgua de su tribu.
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