
Cuando "somos tocados" por un objeto externo al cual somos sensibles -inicio del fenómeno de la percepción- se produce en nuestro organismo un cambio de estado que nos dispone a una acción, a un movimiento (notorio o sutil), que nos acerca o aleja del objeto perturbante; la dirección de este movimiento, va a depender del significado que le atribuímos a ese objeto, como peligroso o seguro, deseable o indeseable, entre muchos otros. Todos estos fenómenos: cambio de estado, significado y acción resultante, estarán determinados por la historia previa del organismo, pues como ya lo hemos demostrado, la historia esculpe nuestra estructura total, y nos dota de memoria.
Al cambio de estado del organismo, que nos dispone a cierto tipo de movimiento ( o acción), lo llamamos emoción. Ese emocionar depende de la historia de ese organismo particular. Si un faquir pisa un clavo, su emocionar será muy distinto si quien lo pisa nació con zapatitos puestos. Si el que escucha una palabra ofensiva, acostumbra a ser árbitro de fútbol, su emocionar será muy distinto del de un mamón crónico y son distintos porque su estructura total es distinta, y esta lo es, porque su vivir también lo ha sido.
El que digamos que el humano es un ser histórico, no es pues un asunto conceptual o filosófico; es en primer término un asunto estructural, biológico; circuitos disposicionales "a la mano", listos para encenderse cuando ciertos objetos gatillan su encendido. Historias de vida distintas, esculpen circuitos disposicionales distintos, emocionares distintos. Y esta influencia del vivir se extiende hasta el nivel de fenómenos catalíticos de nuestros procesos bioquímicos. Ilya Prigogyne ganó el Nóbel por este descubrimiento.
El emocionar , involucra al organismo en su totalidad; sientes el clavo en todo el cuerpo, no sólo en el pie; para que este fenómeno global ocurra, el o los objetos internos -pensamientos, sentimientos, imágenes, creencias, emociones, significados, ilusiones, inspiraciones,, memorias, desagrados, agrados, deben "tocar" todo tejido donde existan los sensores (en rigor, receptores) adecuados. Toda emoción entonces está intermediada por elementos biológicos y toda emoción es biología actualizando la historia de vida del organismo que emociona.