Talvez algunos de los lectores hayan tenido la oportunidad de darle comida a un bebé y talvez hayan tenido la sorprendente experiencia-inperiencia de ver que llega un momento en que él o ella, estira su mano para tomar la cuchara. Lo sorprendente, radica en que aún siendo la primera vez que el niño realiza el gesto de tomar la cuchara, la toma en forma correcta, es decir, por el mango; lleva luego la parte cóncava hacia la comida, levanta la cuchara cargada con "la papa" y aún más sorprendente, realiza correctamente el complejo movimiento de llevarla hacia la boca. Claro, las primeras veces se frustra porque voltea la comida casi llegando a destino. ¿Que relación puede tener tan familiar imagen, con los conceptos que hemos comentado hasta el momento tales como ontogenia, acoplamiento estructural, fenómenos sensorimotrices, emoción, percepción y significado?
Consideremos dos afirmaciones; una de Konrad Lorenz: "Vivir es aprender" y la otra de Francisco Varela: "La percepción es acción, perceptualmente guiada".
K.Lorenz, pone el acento en que el hecho de estar vivo teniendo experiencias, es de por sí, un acto de aprendizaje. Por ejemplo, hoy observé a un padre que bajó de un taxi llevando en brazos a un niño de aproximadamente dos años. Una vez que habían descendido, el niño, estiró su brazo y empujó la puerta del taxi para cerrarla. ¿Cómo es que el niño llegó a adquirir tal aprendizaje? "Viviendo" dice Lorenz. Y la pregunta que sigue lógicamente es: ¿Y cómo es que al vivir se aprende?
F. Varela responde: Porque ha percibido y ese percibir (visual en este caso) es una acción; sólo que varias veces, antes de cerrar la puerta del taxi por sí mismo, la acción ha sido perceptualmente guiada. Viendo a su padre cerrar la puerta, para el niño era "como si" él la estuviera cerrando. Los fenómenos sensorimotrices, que siempre acompañan a la percepción, se ocupan de "hacerle sentir" al nño la acción percibida. Este fenómeno, la percepción como acción, es lo que nos hace emocionar cuando vamos al circo a ver equilibristas y trapecistas. Al ponerle color, ¡Ay que me caigo!, los artistas nos trasladan mágicamente a su lugar. Para nosotros espectadores, es como si nos cayéramos, aunque estemos muy firmes en nuestros asientos. Del mismo modo, un profesor sentado sin moverse mientras habla a sus alumnos de la rotación de la Tierra, transmite a sus alumnos que al rotar, la Tierra no se mueve. ¡Vaya aburrimiento!
El niño , que nos parece toma por primera vez la cuchara para comer, solo nos parece; él, ya la ha tomado muchas veces antes, percibiendo la acción de ser alimentado.
Percibiendo hace y haciendo aprende.
