
Recordemos que el hipocampo, parte del sistema límbico, es una estructura doble ubicada en la profundidad del lóbulo temporal cerebral y que sus funciones están relacionados con la memoria de hechos recientes y el aprendizaje, como asímismo con la regulación de la agresividad entre otras funciones.
Este trabajo publicado en la Revista Pediatrics a comienzos de este año, es uno más entre varios, que van demostrando la tesis central de nuestro blog, cual es, que el modo de vida de los humanos -en particular los aspectos emocionales y relacionales- dejan huella en la estructura total que los constituye y está por tanto, implicado en los procesos que llevan a la enfermedad.
Por cierto, se requieren más estudios que con seguridad nos llevarán a descubrir aspectos más sutiles que una disminución de volumen de una estructura cerebral pero lo importante de destacar aquí es que la vida emocional guarda estrecha relación con el cuerpo y deja ahí su huella.
Dando una mirada a la entrada anterior, ¿cómo habrá sido el hipocampo de los hijos de Jabba el Hutt?
2 comentarios:
Siguiendo la línea del blog, el hipocampo de los hijos de Jabba el Hutt debiera estar en estrecha relación con el emocionar que éste estableció con sus hijos.
Si el emocionar estuvo marcado más por la "percusión" que por la compasión hacia ellos, es probable que el hipocampo no se haya desarrollado todo lo que debió hacerlo. Si los hijos de este obeso señor vivieran, me creo que estarían en terapia sicológica permanente...
De acuerdo con lo que dices Tito.
Se me ocurre entonces que los padres podríamos preguntarnos de vez en cuando: ¿estaré contribuyendo al achicamiento del hipocampo de mis hijos? o ¿me estaré acercando o alejando de ser un Jabba el Hutt siglo XXI? (en el supuesto que Jabba, hubiera sido "percusionista")
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